La MUERTE SÚBITA es la aparición
repentina e inesperada de una PARADA
CARDIORRESPIRATORIA en una persona
que aparentemente se encuentra sana y en buen estado.
La MUERTE SÚBITA, es claramente uno
de los problemas sanitarios de mayor magnitud en
nuestro país y, sin embargo, es la
gran olvidada de nuestro sistema sanitario.
En España podemos estimar que cada
año unos 30.000 españoles mueren víctimas de una
muerte súbita. Si miramos a nuestro
alrededor todos conocemos casos de personas que han
fallecido súbitamente. Si se trata
de personas socialmente relevantes, su caso aparece en los
medios de comunicación, pero si
miramos en nuestro entorno probablemente encontraremos
también casos cercanos.
La mayoría de los casos son causados
por una arritmia cardiaca llamada FIBRILACION
VENTRICULAR, que hace que el corazón
pierda su capacidad de contraerse de forma
organizada, por lo que deja de tener
su función de bomba. La víctima de muerte súbita pierde
en primer lugar el pulso, y en pocos
segundos, pierde también el conocimiento y la capacidad
de respirar. Si no recibe atención
inmediata, la consecuencia es el fallecimiento al cabo de
unos minutos.
Las maniobras de RCP (reanimación cardiopulmonar)
pueden conseguir en algunos casos que
el corazón vuelva a latir, en ese caso estaremos ante
una “muerte súbita reanimada”.
La rapidez en iniciar la reanimación es esencial, se
calcula que la posibilidad de reanimar a un
paciente con fibrilación ventricular disminuye un 10%
cada minuto, por lo que después de 10
minutos las posibilidades son mínimas. Afecta en
muchos casos a pacientes con enfermedades
cardiacas, pero también a corazones estructuralmente
sanos en los que la arritmia es el único
problema. En la mayoría de los casos son corazones
“demasiado buenos para morir”.
Desde hace años varios sistemas sanitarios han
desarrollado planes de RCP precoz,
implementando la enseñanza de la RCP básica
(reanimación cardiopulmonar básica) en
escuelas, empresas, grandes superficies,
polideportivos y centros de trabajo; y facilitando el
acceso a desfibriladores, en los coches de policía,
en bomberos, etc.
Los MODELO SEATTLE (EEUU) o MODELO PIACENZA
(ITALIA) son ejemplos a seguir; ellos
han conseguido aumentar el porcentaje de
supervivencia del 5% a un 15-20%.
Desde hace ya más de 10 años se dispone de
desfibriladores automáticos externos (DEA),
totalmente automatizados y diseñados para ser
empleados por personas con una mínima
formación e incluso sin formación alguna. Su uso se
ha extendido por numerosas ciudades
mejorando la atención de la MUERTE SÚBITA. En algunas
de ellas además hay aplicaciones
para teléfonos móviles que informan de su
localización, sus características y proporcionan
sencillas instrucciones para su uso.
Se han realizado esfuerzos en los últimos años pero,
pese a ellos, la situación global de país
es mala.
Los fallecimientos por MUERTE SÚBITA podrían
reducirse considerablemente si aumentara la
divulgación de la formación en maniobras de RCP y
contáramos con más desfibriladores por
cada 10.000 habitantes.
Y los MODELO SEATTLE (EEUU) o MODELO
PIACENZA (ITALIA) han demostrado que
puede lograrse con una cantidad de recursos muy
limitados. Si lográramos pasar del 5% al
15% de supervivientes de una parada cardiaca en la
calle, salvaríamos 3.000 vidas al año.
Hay que educar a la población en técnicas de RCP
básica, mejorar el número de DEA
disponibles en pueblos y ciudades.
Hay que convencer que no es solo un problema de los
servicios sanitarios. Lo es de la
población en general, mañana cualquiera puede salvar
la vida de su hermano, de su tío, de su vecino y nada será más importante que
eso.